domingo, 24 de diciembre de 2017

Recuerdos de Diciembre



Por Carlos Camarena Medina
Periodista

Con la llegada del mes de diciembre, súbitamente, el viento cambia de dirección y algunos árboles pierden todas sus hojas, señal de que ha entrado la época navideña y se asoma el verano en Panamá. 

Quizá es la temporada más hermosa del año, porque invita a meditar, a soñar, pero, sobre todo, a recordar algunos pasajes de la infancia, de aquella inocencia que, si bien puede parecer perdida, aún conservamos en lo más recóndito de nuestro ser.

Diciembre era época de dejar los libros y dedicarnos al "ocio", y a explorar las manchas de bosques que aún existían en Pueblo Nuevo y que se extendían desde la Calle Primera, pasando por Hato Pintado hasta llegar a la parte trasera de la Clínica San Fernando, donde había un palo de aguacate que, en más de una ocasión, le cosechamos sus frutos, a pesar de la prohibición de sus supuestos dueños. 

Hasta nos ufanábamos de tomar agua de una quebrada que no estaba contaminada y que no sé en qué vericuetos fue sumergida al construirse las barriadas que hoy reemplazan a los árboles.

O fabricar nuestras primeras cometas, de palitos de pencas al principio, y con el tiempo otras más sofisticadas hechas con virulí y forradas con papel de envolver o con otros multicolores. Los panderos, las estrellas, los hexágonos o los cajones empezaban a surcar los aires del barrio desde que entraba diciembre, y era un orgullo hacer la mejor cometa y lograr que volara lo más alto posible.

También, era temporada de buscar en lo alto de los árboles de espavé alguna que otra iguana, a la cual perseguíamos de forma implacable hasta cazarla, para luego preparar un suculento plato de comida silvestre. 

En diciembre, las iguanas empiezan a procrearse y con regularidad las que cazábamos tenían huevos. En los espavés siempre había iguanas, pero gracias al progreso ya no están los árboles, mucho menos las iguanas.

Por supuesto, el fútbol jugó un papel importante en aquella época infantil, influenciada por el mundial celebrado en Alemania ("mi primer mundial"), seducido aún por la precisión y la magia de la Holanda de Cruiff, Neskeen y compañía, y que marcaría el amor por este hermoso deporte, con los Maradona, Zico, Platiní y otros.

Sí, porque recuerdo que fue ese mismo año cuando la maestra nos invitó a dar un aporte semanal de 25 centavos para celebrar la fiesta de Navidad en la escuelita. Aquél fue un buen año, pues por única vez ocupé cuadro de honor, ya que siempre fui un alumno de 4.1 ("Para qué matarse tanto, si no me costaba mucho obtener este promedio", me decía.).

Pues resulta que el día de la bendita fiesta, a pesar que vivía a sólo unos cincuenta metros de la escuelita y que escuchaba todo el bullicio infantil y la música- no me acordé de tan importante evento, pues estaba en lo mejor de un partido de fútbol con una bola de tenis y con uniforme completo: pantaloneta, sin camiseta y descalzo.

De repente un compañero me gritó que me buscaban y cuando volteé a mirar, me percaté que era mi maestra, quien llevaba algo en la mano: era lo que  me tocaba de la fiesta de Navidad, que ella en forma gentil me fue a entregar personalmente y que luego me di cuenta que más que eso era un reconocimiento, una muestra de aprecio y cariño hacia mí, por lo que había hecho ese año en la escuela. 

Y lo digo, porque luego de hacerme la entrega, la maestra me dijo que quería hablar con mi madre y la llevé con ella. Aunque de forma borrosa, aún recuerdo las palabras de felicitaciones y lo bien que de mí habló la maestra ante mi madre. A pesar de todas las peripecias y dificultades, me había hecho con un puesto de honor en el salón. Siempre me he preguntado ¿qué habrá sido de la maestra Margarita?.

De diciembre también recuerdo otro "partido" de fútbol, en víspera de Navidad y en penumbra, cuando unos "pelaos" del barrio osaron ir a retarnos a nuestro territorio y nos ganaron por un gol y, para dejarnos "picados", no nos dieron la revancha ese mismo día.

La revancha fue pactada para el 31 de diciembre en la noche, debajo del mismo faro de mercurio y durante toda la semana siguiente nos pasamos recordando la celebración del "partido". Hasta la fecha tal revancha no se ha dado.

Diciembre también me recuerda las roscas de huevos que se hacían en la panadería de al lado y que siempre goloseábamos; o los lechones que asaban en el horno que calentaban con leña extraída de mangle; o de las fiestas de Navidad que en varias ocasiones nos hicieron en el taller de electrónica el señor Pablo.

Las estrellitas, las bombitas, las peras, las manzanas, las uvas, las nueces, el arroz con pollo, los juguetes, los tamales, los juegos de vaquero, la ropa nueva, el bullicio en el barrio, la música a todo volumen, los abrazos, los besos y las felicitaciones...la noche estrellada con Júpiter en lo alto del cielo, los disco del Gran Combo, Ismael Rivera, Héctor Lavoe, Willie Colón, Cheo Feliciano y los villancicos....todo eso era diciembre.

Pero sin duda, de todos estos recuerdos, siempre me he aferrado al de aquella tarde soleada de diciembre, cuando en medio de un partido de fútbol se apareció la maestra Margarita a llevarme "mi parte" de la fiesta de Navidad. Todo un reconocimiento y un gran regalo que a pesar de los años que han pasado, aún me llena de emoción. 


Nota: este artículo fue publicado por primera vez en diciembre de 2001 en  el diario Panamá América y en diciembre de 2004 en la Revista Ellas del diario La Prensa.

domingo, 17 de diciembre de 2017

Gabriela Etchelecu: ”Debemos asegurar, tal como lo indica su ley, que cualquier desarrollo turístico se lleve a cabo fuera del Parque. Coiba”


Isla Granito de Oro, en el Parque Nacional Coiba

Por Carlos Camarena Medina
Periodista

El 17 de diciembre de 1991 se creó el Parque Nacional Coiba, iniciativa que marcó el inicio del desmantelamiento penal que por décadas había funcionado ahí, y que garantizaba la conservación de sus ecosistemas, además de los primeros pasos para resguardar la biodiversidad, sin que ello significara encerrarlo en una bola de cristal.

Tras 17 años (26 años en 2017), ya desapareció el penal y se aprobó la Ley 44 de 2004, que reforzó la norma que creó la reserva, y permitió que la UNESCO la declarara como Patrimonio de la Humanidad.

La directora ejecutiva de ANCON, Alida Spadafora, dijo que la aprobación de la Ley 44 fue un triunfo del movimiento ambiental por ser Coiba un área de prioridad para la conservación, por mantener bosques naturales y vidas silvestres únicos en el país.

Agregó que la declaración de Coiba como patrimonio de la Humanidad fue importante ya que respalda y apoya internacionalmente los esfuerzos por conservar el parque, y ser referencia para la movilización de recursos nacionales e internacional.

La directora de la Fundación Marviva, Gabriela Etchelecu, consideró que esta designación confirió prestigio internacional a Coiba, lo que conlleva la enorme responsabilidad de cuidar el parque, tarea que no solo recae en la ANAM, sino que compete al gobierno entero y a Panamá como país.

Consideró que si se lleva a cabo un desarrollo turístico razonable, de bajo impacto y tomando en cuenta la sostenibilidad ambiental de la costa, Coiba podrá seguir siendo fuente de riqueza para la zona y para el país. Como área marina protegida, es un sitio de descanso y reproducción de especies marinas que rebalsan fuera del parque y que proveen el sustento a muchas personas.

Etchelecu precisó que en su estado natural Coiba es un imán irresistible para los turistas locales e internacionales. "Debemos asegurar, tal como lo indica su ley, que cualquier desarrollo turístico se lleve a cabo fuera del Parque. Esto protege la fuente y atractivo natural y al mismo tiempo brinda ingresos y trabajo a las comunidades costeras de la zona", destacó.

Para Spadafora, la integridad de Coiba sustentará el desarrollo turístico y pesquero de la región y, en ese sentido, ANCON ha promovido micro empresas en el área y planes municipales cuyo éxito dependerá de la debida protección y vigilancia del parque.

Añadió que si como país se logra implementar la Ley y el Plan de Manejo del parque "ganaremos todos, en especial el sector turístico y las investigaciones que se produzcan en Coiba, algunas de las cuales podrán redundar en descubrimiento de medicamentos de importancia global. El país podrá ser reconocido por la espectacular riqueza y belleza de ese Parque, único en el continente”.

Etchelecu dijo que si se cuida el parque y se aplican las medidas de conservación, se toma en cuenta la capacidad de carga, el Plan de Manejo y hay voluntad política, "el futuro de Coiba es brillante y seguirá siendo fuente de servicios ambientales invaluables como riqueza marina, oxígeno, agua, y fuentes económicas como pesca y turismo”.

La directora ejecutiva de ANCON considera que hay que hacer una inversión inicial para garantizar las facilidades que los turistas requieren, a fin de que el cobro de la entrada al parque sea directamente proporcional al servicio que se ofrece a los visitantes, para que a su vez, éstos se conviertan en entes multiplicadores.

Spadafora también recomienda invertir en investigación científica, promoción del turismo de bajo impacto, de micro empresas y pesca sostenible, a fin de mejorar la calidad de vida de las poblaciones aledañas de Veraguas y Chiriquí. Igualmente, hacer una inversión para hacer cumplir las reglas y normas que rigen el Parque.

Tales planteamientos son compartidos por Etchelecu, quien considera que la política y los intereses económicos de grupos de poder no deben intervenir en las decisiones que se tomen en torno al Parque.

Etchelecu y Spadafora calificaron de preocupante y negativa la eliminación del artículo 11 de la Ley 44 que eliminó un área de exclusión comprendida en el pacífico panameño, al norte del paralelo 06°30"0"", en la que se prohíbe el uso de redes de cerco para la pesca de atún, aparejos que afectan especies marinas del área, como peces de pico, delfines, cetáceos, tortugas y otros. 

Spadafora advirtió que si se permite el uso de redes de cerco en esta zona se afectará a poblaciones de tortuga, delfines y picudos que son la base para el turismo y pesca deportiva de la región y que se da lugar también en el Parque Coiba; lo cual tendrá un efecto económico, social y ambiental negativo.

Por su parte, Etchelecu advirtió que este tipo de pesca acaba con muchas especies, además del atún, delfines, dorados, peces espada, tiburones, tortugas, y otros. También, afecta la migración de especies y balance ecológico del área. 


Nota: (Este artículo fue publicado el 17 de diciembre de 2008 en los diarios La Estrella de Panamá (Página 11C) y El Siglo (Página 28), con el título Coiba: retos y desafíos 17 años después, y por considerarlo de interés, en torno al debate sobre posible desarrollo turístico en la parte insular, se modificó el título, destacando lo afirmado por la entonces directora ejecutiva de MarViva, Gabriela Etchelecu.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Las naranjas y mandarinas de plácemes en El Guayabo, Santa Fe



Por Carlos Camarena Medina
Periodista

Son las 7:50 de la noche en El Guayabo, Santa Fe, y a esta hora hay que recogerse para ir a dormir.   

Siempre ha sido así desde que vengo a este apartado lugar de las montañas veragüenses, a donde para bien o para mal el progreso no se ha posesionado.

La energía para alumbrarnos se obtienen de paneles solares, y el agua de un acueducto rural.  

El ruido de los animales nocturnos marca una sinfonía en la noche oscura, -a veces alumbrada por un impresionante cielo estrellado, que jamás se puede ver en la ciudad capital- en la cual uno juega a identificarlos.

Si bien hay estufa de gas, nada como cocinar la comida en el fogón.

Puente sobre el río Santa María. Aquí empieza el suplicio.
Al llegar, luego que la chiva lo deja a unos minutos del río Santa María,  toca andar  más de media hora por un empinado camino, la mayoría de las veces húmedo y lodoso, lo que hace más lento y agotador el recorrido.

En las orillas del camino, en algunos tramos,  sobresalen diferentes especies de árboles, pero los naranjos y mandarinas con sus vistosas frutos hacen una calle de honor a los caminantes. 

Una vez llegué a casa de mi tío Manuel,  a la orilla del camino habían dos árboles rebosantes de mandarinas, grandes y jugosas, y no pude aguantar las ganas de saciar mi sed con esta fruta.

Diciembre, podría decirse, no es el mes más agradable para viajar a El Guayabo, pues todavía la temporada lluviosa está en su apogeo y los caminos húmedos y enlodados, sobretodo el tramo final, después del cruce del río Santa María, pues hasta ahí llegan las chivas que viajan desde Santa Fe.

Pero una vez uno llega, se olvidan todos los “pesares” y “suplicios” de ese tramo final, porque espera un café, un clima agradable, y un baño con agua gélida que baja del acueducto rural….todo eso, rodeado de montañas que parecen catedrales.

Y unos guandúes que para finales de diciembre e inicio de enero estarán listos para ser cosechados.


¡Eso es llegar a la casa más lejana de El Guayabo, donde en broma comentamos si el abuelo Genaro Medina no pudo buscar un lugar más lejano donde asentar su casa.   

Para finales de diciembre e inicio de enero el guandú estará listo para la cosecha.

Mandarinas, grandes, jugosas y dulce.



sábado, 2 de diciembre de 2017

La magia de diciembre y algo positivo, digno de destacar



Iphone recuperado con el cargador comprado para poder activar el aparato.

Por Carlos Camarena Medina
Periodista

En un ambiente de juega vivo, -en un país donde los corruptos gozan de privilegios y protección que le garantiza impunidad, en una falta de valores y principios que parece cosa normal, que algunos premian y que incluso ven como ejemplo a seguir- en la vida cotidiana suceden cosas que nos recuerdan que la gente buena y honrada es mayoría.

Hace una semana, me causó mucha hilaridad, y pena ajena,  ver lo más florido de nuestra farándula local, robando cámaras y desesperados por tomarse una foto con el expresidente uruguayo, José “Pepe” Mujica, quizá pensando que se le iba a pegar algo de su popularidad o  la imagen prístina del ex mandatario sudamericano. 

¿Cuántas de estas figuras taquilleras panameña pasarían por el rasero de la transparencia?, pregunté. Poquísimas, por no decir todas.

Hace unos días acudí a hacer unas diligencias a la Caja de Seguro Social en Clayton, en donde ante la demora, mi móvil se quedó sin carga, por lo cual me lo metí en bolsillo  y cuando salí abordé un taxi que me llevara  a Albrook Mall, para hacer un transbordo. 

Cuando iba llegando a la oficina, antes de bajarme del otro taxi, me percaté que no tenía el móvil, e hice memoria, llegando a la conclusión que se me había salido del bolsillo en el taxi que abordé en Clayton.


Una vez en la oficina, mandé al número del móvil extraviado un mensaje por WhatsApp, con el número de mi otro teléfono, solicitándole al que encontrara el teléfono que por favor me llamara.

Le marqué varias veces, consciente que mientras no encendiera el teléfono no podría contestar.  Así lo hice los dos días siguientes sin que nadie contestara.

En el ínterin, por tratarse de un Iphone, consulté a compañeros de la oficina para rastrear el  móvil que tiene la particularidad de ser ubicado, al principio con un “alegrón”, porque dimos con una ubicación, que resultó ser mi MacBook, que está conectada con el aparato móvil.

También, consulté a la persona que me vendió el teléfono, quien después de navegar en la cuenta de Apple, me pidió que ubicara una dirección de correo en la caja del Iphone, por lo que al llegar a casa le tomé foto y se la mandé por WhatsApp, a la espera de que me ayudara.

Mientras tanto, cuando me acordaba, marcaba el número, y siempre entraba en mensaje, es decir, seguía apagado.

Dos día después, a las 3:15 de la tarde, entró una llamada desde un número desconocido y cuando contesto me habla un señor que me pregunta si yo era la persona que había abordado un taxi en Clayton hacía dos días, a lo cual le dije que sí y le recordé que junto a mí se montaron otras dos personas y que yo me acomodé en la parte delantera.

Me relató que había fue dos veces a ver si me localizaba por Clayton, y que había ido a la empresa telefónica Movistar, en donde luego de ver el chip del móvil, le dijeron que era de Cable and Wireless. 

En ninguna de las dos empresas le facilitaron un cargador para poder activar el aparato, por lo cual el señor compró uno y una vez tuvo carga, pudo ver las llamadas perdidas, tras lo cual me llamó. 

Acordé encontrarme con el señor en la estación Terpel que está ubicada en Albrook Mall, donde me entregó el teléfono y le  agradecí el noble gesto, mientras me relataba que incluso había pensado ir o llamar al noticiero matutino de Telemetro (Álvaro Alvarado)  para ubicar al dueño del teléfono.

De esta manera inició este mes de diciembre, con una noticia positiva, mucho más allá de recuperar el teléfono que, confieso, nunca perdí la confianza de que lo recuperaría.  


Para mí el vaso siempre estará medio lleno, y nunca pierdo la confianza en la gente.  Es con esa certeza que uno se encuentra con personas que lo hacen reforzar ese sentimiento.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Pepe Mujica y la certeza de que la política no es mala




Por Carlos Camarena Medina
Periodista

El hecho de que haya figuras cuyas ejecutorias en  el cargo que los electores le concedieron el honor de ocupar, se encargaron de hacer que la gente pierda la fe y la confianza en los políticos, no significa  que la política sea mala. Hay personas que todos los días nos dicen que hay esperanza y que no todo se ha perdido. 

Una certeza que se ratificó esta semana con la presencia en Panamá del expresidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, quien a finales de año nos visita, en momentos que nuestro país se encuentra revuelto y mareado con el tufo de los políticos corruptos, que hacen toda clase de  tramoyas para evadir la justicia, matizar la dureza de las penas, ya sea cantando, y, con los millones que robaron, pagando costosos abogados y otras cosas, logrando su libertad con millonarias fianzas, eso sí, asegurándose que de lo robado, le quede algo en sus cuentas bancarias. 

O los que ya se han postulado a cargos de elección, como quien dice, buscando que el electorado le dé visto bueno a los pillos.

Y es que Pepe Mujica no ve la política como negocio, sino como un instrumento para servir a la población.  El que ha sido bautizado como “el presidente más pobre del mundo” sale al paso y advierte “no lucho a favor de la pobreza, lucho a favor de la sobriedad, nada en demasía”.

Guerrillero, diputado, senador y ministro, Pepe Mujica ha sido el único guerrillero recibido en el Salón Oval de la Casa Blanca, y más allá de los apodos, seudónimos y motes que le han puesto desde que ocupó la presidencia de su país entre 2010 y 2015, prefiere que le digan “una estrella en la oscuridad”.

Para él,  la libertad se ejerce cuando  se puede gastar tiempo milagroso de la existencia en lo que a uno le  gusta. “Considero que la vida es un milagro y que cada cual puede tener, y quiero conservar el mayor tiempo de mi vida a favor de gastarlo en lo que me gusta y me motiva”.

Quizá con resignación, Pepe Mujica acepta que le ha tocado vivir la “era consumista neuronal”, en la que las neuronas, el estrés y la angustias son las enfermedades que  se acumulan en la sociedad actual.  

La humanidad vive en  una cultura subliminal en la que los medios, a través del marketing, infunden de la noche a la mañana qué decisiones tomar.   “El dios verdadero no es mitológico, el dios verdadero de nuestros tiempos es el mercado”, destaca Pepe Mujica al describir una sociedad que se la pasa comprando cosas y cambiando cosas permanentemente, pensando que eso es salud humana. “No hago apología de la pobreza, hago apología de la sobriedad”, subraya.

Las victorias y derrotas son parte de la vida, en todos los órdenes de la vida se puede perder, un trabajo, un amor…“se puede perder un amor, pero nunca decir no al amor, porque de lo contrario, no vives”.

“A pesar de todos los pesares, la vida todavía es hermosa, y  hay que defenderla,  hay  que cuidarla,   nada de lo que hay por arriba de la tierra vale  más que la vida”, reitera.

Reconoce que no se puede cambiar a la sociedad, pero se pueden cambiar conductas, “para que la sociedad no te lleve del hocico. La vida no es un negocio, la vida es un milagro”.

Sobre la democracia, reconoce la brillantez del exprimer ministro británico Winston Churchill,  cuando dijo que la democracia es el peor sistema político, reconociendo sus limitaciones, pero defendiéndolo.

“La democracia es un progreso fantástico, porque nunca se reconoce perfecta ni mucho menos terminada”,  precisa el expresidente uruguayo.

Pepe Mujica recordó su posición e ideología, pero señaló que “soy zurdo, pero no soy fanático, por encima de las posiciones políticas quiero a la humanidad”.

Aunque lo niegue, la política es una necesidad biológica del hombre. El hombre es un animal político, porque necesita de la política. 

Considera que la vida de los humanos es una lucha entre el yo y el nosotros, una transición entre el yo y el nosotros,  en la que sin el nosotros no vivimos.  Bajo esa premisa, “si pensamos en la política para hacer plata, ahí estamos frito, se hipoteca el nosotros y se impone el yo”, señala.

A pesar de las críticas, la política hay que defenderla, porque sus defectos son productos del accionar humano.  Lo único permanente y estable es el cambio y va a producir estrés y conflicto. La política va a seguir funcionando y siempre va haber conflicto, manifiesta Pepe Mujica. 


“La igualdad es una meta utópica, que tal vez el hombre lo logre, tal vez, déjenme soñar y morir tranquilo”,  afirmó Pepe Mujica ante una sala repleta.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Consuélense, la iguana figuró menos que ustedes


Por Carlos Camarena Medina
Periodista

Tras leer la edición del sábado 8 de noviembre de 2008 de los diarios La Prensa y Panamá América (Bond, un tenso preestreno y Nuestros cinco segundos de fama), una leve sonrisa recorrió mis labios, al ver lo que vivieron los actores panameños que trabajaron en la más reciente saga de James Bond, Quantum of Solace, durante la premier de gala de esta producción.

Vino a mi memoria un hecho curioso que se dio hace un par de años, cuando en nuestro país también se rodó El Sastre de Panamá y, como director de Comunicaciones de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), me tocó llevar junto a varios compañeros de la organización una iguana que iba a formar parte del elenco. “No sé de qué se quejan, si al final figuraron más que la iguana”, pensé.

No recuerdo cuándo fue que nos dijeron que habían solicitado una iguana de parte del equipo que rodaba El Sastre de Panamá, porque querían que esta especie apareciera en una escena que filmarían en el Gamboa Rainforest Resort, y en la cual aparecían Samy y Sandra Sandoval interpretando el tema Gallina fina.


Inmediatamente, coordinamos todo para llevar a nuestra estrella, rumbo a la inmortalidad, pues aparecería en esta producción que por varias semanas había captado la atención en la ciudad de Panamá, con actores de la talla de Pierce Brosnan, Geoffrey Rush y Jamie Lee Curtis.

Llegamos temprano a Gamboa, y allí se nos dijo dónde nos teníamos que ubicar con la iguana. Pensé que antes del mediodía saldríamos del área, pero al final nos quedamos todo el día.

Desde un punto estratégico observamos la filmación de la escena en la cual Samy y Sandra interpretan Gallina fina, en una escena en la cual Brosnan trata de bailar con Lee Curtis (creo) la pegajosa música. Perdí la cuenta de cuántas veces se rodó esa escena, pero duró todo el día.

En ese ínterin siempre tuvimos pendiente de nuestra iguana, cuidando que no tomara mucho sol, que bebiera agua y se alimentara. Me dí a la tarea de recorrer el área circundante, observé el río Chagres, algunas tortugas y otras especies acuáticas que abundan en el curso medio de este caudaloso río.


Tras bastidores, la gente iba y venía y tuve la oportunidad de ver de cerca, y caminar como cualquier humano normal a Brosnan, Rush y Curtis; quienes al mediodía se sentaron a comer con todo el grupo, incluyéndonos a nosotros, en una larga mesa. Nada extraordinario.

La cosa fue que nos quedamos todo el día, y al final la iguana que habían solicitado a ANCON no actúo falta de tiempo. Así que empacamos y nos fuimos de regreso a la oficina, un poco desanimados porque nuestra estrella no había sido filmada, mucho menos aparecería en El Sastre de Panamá.

Este año nuestro querido país también fue sede del rodaje de Quantum of Solace y, por casualidad de la vida un sábado que caminaba por La Peatonal me encontré con que estaban rodando una escena de esta película en el área de Calle J, bajando hacia la Avenida B.


Me aventuré a pasar por el área para ver a algunas personas que hacían de extras, y que vestían ropa a la usanza sudamericana. Me detuve a la altura de La Peatonal a ver qué pasaba pero en vista que demoraba la acción seguí mi camino porque tenía que hacer un trabajo en un internet.

Como una hora y media después volví a pasar por el área para alcanzar a ver el rodaje de la escena en la cual los protagonistas Daniel Craig y Olga Kurylenko tomaba un taxi que subía por Calle J hasta llegar a La Peatonal para luego tomar la vía adyacente y volver a la Avenida B. Apenas vi la silueta de Craig y Kurylenko dentro del taxi cuando doblaba hacia Avenida B, y seguí caminando.


No he visto ni El Sastre de Panamá ni Quantum of Solace y no creo que la vea, ni siquiera en versión pirateada; pero sí me he tomado el trabajo de leer las reseñas periodísticas de La Prensa y Panamá América y debo confesar que me causó hilaridad ver la actitud “cholliwoodense” de los actores panameños, relacionada con la tensión del preestreno y los cinco segundo de fama.

Pensé en cómo se hubiera sentido la iguana, de tener conciencia humana, al haber sido citada y tras todo un día de espera, ni siquiera participar en el rodaje. ¡Consuélense, la iguana figuró menos que ustedes!

(Nota: este artículo fue redactado y subido a mi cuenta de Facebook el lunes 10 de noviembre de 2008. Abajo, link de las noticias publicadas en los diarios La Prensa y Panamá América)

Bond, un tenso preestreno

Nuestros cinco segundos de fama

lunes, 13 de noviembre de 2017

¿Periodistas independientes y objetivos? ¿De qué?



Por Carlos Camarena Medina
Periodista

Uno de los grandes debates que han caracterizado la labor periodística gira en torno a lo que algunos, golpe en pecho, dicen representar: la independencia y la objetividad.

Tema para la polémica, puesto que se trata de una muletilla, bien desgastada, de muchos periodistas, por no decir todos, especialmente quienes están tras un micrófono de comentarista, sea de radio o televisión.

“¿Será que por sus venas corre agua o aire?”, me pregunto cuando escucho estas palabras repetidas de manera autómata.

Los hay quienes tratan de proyectar esa imagen de independencia, “llevando todas las partes” que en un momento dado están relacionadas con el tema agendado. Al final, todos hablan, cada quien expresa sus ideas bajo su particular prisma e interés y con eso se permite o se da a los receptores la posibilidad de formarse una idea y sacar sus propias conclusiones. Una posición bien cómoda.

También, quienes con un sector son vehementes, toman partido, se rasgan las vestiduras y hacen su show mediático, pero cuando van otros sectores vinculados a gremios empresariales o religiosos, apenas si susurran alguna frase, miden sus comentarios con sabor a “ni chicha ni limonada” y que no denota más que sumisión, oportunismo y hasta cobardía.

“Yo no voy a opinar al respecto y prefiero informarme más al respecto”, es una de las mejores muletillas. Al final no terminan de informarse, porque nunca opinan. ¡Cuán lejos de la independencia!

Seamos sinceros, la objetividad y la independencia no existe, puesto que muchos de alguna manera u otra apuntan al público incauto, arropándose con esa sábana.

Abramos un diario y preguntémonos por qué algunos temas reciben mayor relevancia y cual es el interés o trasfondo que acompaña cada información. ¿Qué intereses económicos, políticos y sociales hay tras cada medio de comunicación y qué rol juega el periodista en este entramado?

¿Cuántas veces hemos escuchado que el periodista tiene que ser independiente, objetivo y apolítico? Eso sería un ideal o utopía, que particularmente pienso que nunca se hará realidad, porque como seres humanos tenemos ideas, intereses, doctrinas y simpatía política y religiosa; y al final, ello determina nuestras acciones como personas y profesionales.

Como periodistas, muchas veces vemos la realidad de manera calculadora y fríamente, pero a la hora de hacer una información la plasmamos en forma muy personal para lograr un objetivo. Es decir, para vender la información.

Un título estratégicamente ubicado, un señalamiento oportuno con todas sus aristas y hasta adjetivos, son solo algunos elementos que usamos para tratar de influenciar a los receptores y asimismo lograr un objetivo, afectar a determinada persona y defender o atacar ciertas causas.

En nuestro país, dudo que alguien pase el tamiz de la independencia o la objetividad, por la sencilla razón de que eso es sueño, utopía; así que bueno sería eliminar ambas palabras de nuestro vocablo.

Durante mi carrera como periodista me ha tocado ver cómo ciertos temas no se pueden tocar en un medio en el cual también se vetan a personalidades. He escuchado a colegas decir que han redactado una noticia de tal manera, porque la persona entrevistada es pariente de un alto directivo del medio.

O de periodistas que han polemizado con los directivos del medio, debido a que éstos quieren imponer en las informaciones que redactan sus inclinaciones políticas o personales. La historia sería bien extensa.

¿Periodistas independientes y objetivos? ¿De qué?