lunes, 9 de noviembre de 2020

Entre La Peatonal y Calidonia


Por Carlos Camarena Medina 

Periodista


Hace casi  año y medio surgió un debate ante la propuesta de dueños de locales comerciales, quienes ante la bajas ventas que se registraban en La Peatonal de la avenida Central, solicitaron que se abriera esta importante arteria a la circulación de vehículos, como  medida para impedir que continuaran cerrando los negocios apostados en la popular vía.


La iniciativa me pareció bastante descabellada, pero la entendí porque era producto de la desesperación ante esta situación. Pero vale preguntar: ¿a qué se debe esta situación?


Cuando en 1992 se inauguró La Peatonal de la avenida Central, -junto a Calidonia, la vía España y el Centro Comercial El Dorado- eran las áreas de compras por excelencia; e impedir el paso de vehículo hizo de esta arteria un lugar  donde se podía comprar sin el sobresalto que ocasionaba el tránsito de autos, buses y hasta camiones.   Constituyó todo un éxito.



Con el crecimiento de la ciudad de Panamá, el surgimiento de centros comerciales en las afueras (Los Pueblos en 1994, los de la 24 de Diciembre, Don Bosco, además de los denominados “malls”); y el deterioro del servicio del transporte, con buses cada vez más destartalados y una atención pésima; además de la moda “del no voy” de los taxistas; viajar a Calidonia y La Peatonal dejó de ser atractivo.


Sobre todo, hay que destacar el empuje de los “malls”,  en los cuales el público puede ir de compras, comer, distraerse y hacer todo bajo techo y en aire acondicionado. Tanto que centros comerciales de larga tradición como el de El Dorado, o el de Los Pueblos han visto mermar su actividad; mientras que gran parte de los locales de Los Pueblos 2, se mantienen vacío o con poca actividad.


Ante esta realidad, y consciente de la cercanía de Albrook Mall, los administradores de El Dorado han  remozado y modernizado de este centro comercial, cuyos resultados ya se empiezan a vislumbrar, con un área bajo aire acondicionado, con restaurante y otras comodidades.



La vía España, desde hace poco más de diez años, ha venido perdiendo su atractivo, no obstante se mantiene la actividad comercial. El Centro Comercial Obarrio  no es lo que era antes: ya no hay cines y los tres principales locales los tienen dos empresas trasnacionales y una conocida farmacia; mientras que Plaza Concordia aún se mantiene, aunque da la sensación de que su actividad va decreciendo. 


Igual pasa con el Edifico Dorchester.  Amén de que pareciera que sobre la vía España se cierne el  “boom” inmobiliario, donde los locales serán derribados para construir grandes edificios.


Como se ve a vuelo de pájaro, varios centros y arterias comerciales han visto mermar su actividad por el empuje de los “malls”, un servicio de transporte pésimo e inseguro, y la seguridad, tranquilidad y la economía que representa comprar en áreas más cercanas al lugar de residencia.



El problema de la merma de la actividad comercial en La Peatonal y Calidonia, no es más que el surgimiento de “malls” a tan solo cinco minutos (Albrook, Multicentro y Multiplaza). Es más, la competencia es tan dura que con la construcción del Multiplaza, el Multicentro ha visto reducir su actividad. 


Por ello, no se trata de atribuir el problema a cosas tan simples como la no circulación de automóviles por La Peatonal, simplemente los dueños de locales de esta arteria no se han adaptado a las nuevas tendencias y más bien se han anquisolados. ¿O es que cuando uno va a comprar a unos de estos “malls” no camina varias veces la distancia que hay entre la Plaza 5 de Mayo y Santa Ana? ¿O es que los operadores de turismo no prefieren estacionar sus buses en cualquiera de estos “malls”, conscientes de que son más cómodos y seguros para los turistas?


Cualquiera que haga el ejercicio de caminar desde Perejil hasta la Plaza de Santa Ana, verá cómo de forma lastimera esta importante arteria ha decaído. El tráfico es horrible, los almacenes se han tomado las aceras, situación que se hace más crítica cuando uno llega al área de Calidonia, donde éstos se disputan los espacios con los buhoneros; y al final quienes acuden a comprar tienen que franquear peripecias inimaginables.




Amén de que el ambiente se hace cada vez más hostil y repulsivo, pues pululan los puestos de ventas improvisados que no cumplen con las medidas mínimas que exigen las autoridades, los denominados “piedreros”, y las escandalosas discotecas que con su ruido aturden al peatón.


Todo esto ya empieza a matar a Calidonia, tal como se puede palpar en el área contigua a la Caja de Ahorros, frente al lugar donde estuvo la Casa Miller, donde casi todos los locales han cerrado y reina la inmundicia. ¿Habrán vendido este inmueble?


Se trata de una situación triste e inentendible, sobre todo si uno hace un repaso imaginario por esta vía y sus áreas adyacentes, donde converge lo moderno con lo antiguo, con lugares históricos y con potencial y atractivo turístico.



Veamos: está el área de la Exposición en Calidonia, el Hospital Santo Tomás, el lugar  donde se escenificó en julio de 1900 la Batalla del Puente de Calidonia, la antigua Estación del Ferrocarril (hay que eliminar la parada de buses que opera ahí), el parque en honor a  Mahatma Ghandi, el parque en honor al presidente José Antonio Remón Cantera (¿qué bonito sería explicar el significado de la frase “Ni millones ni limosnas, queremos justicia”); el Barrio Chino, el Mercado del Marisco, el malecón del antiguo Mercado Público, la Plaza Cinco de Mayo y  la Asamblea Nacional de Diputados. 


También, todo el potencial que reúne el cerro Ancón y las áreas adyacentes, como los refugios antiaéreos ubicados en sus entrañas, el antiguo Hospital Gorgas, la residencia que hoy ocupa el administrador del Canal (y que estuvo asignada a los gobernadores de la antigua Zonal de Canal); el mirador y la imponente bandera que ondea en su cima, Mis Pueblitos,  las oficinas centrales del Comando Sur; el edificio de la Administración del Canal, la antigua Balboa High School, y todo la historia de lucha nacionalista que ha quedado plasmada a lo largo de  la Avenida de Los Mártires.


Punto aparte, la histórica Plaza de Santa Ana, Salsipuedes, la Bajada del Ñopo, los antiguos Cine Amador y Variedades,  y toda la riqueza turística del Casco Antiguo.


Añadir título


Claro está, La Peatonal y Calidonia deben ser remozadas tomando medidas drásticas, como la reubicación de los vendedores ambulantes, la eliminación de los escaparates de los almacenes, la aplicación de medidas más severas a los locales de expendio de alimentos, un servicio de transporte en motos (como el que funciona en Los Pueblos) desde la Cinco de Mayo hasta Santa Ana.


No se trata de descubrir que el agua caliente quema, pues la solución pasa por  medidas sencillas, sustentadas en la seriedad y la participación tanto de autoridades (locales, municipales y nacionales), comerciantes y la población en general; bien lejos del padriznago y la búsqueda de aplausos fáciles. (Nota: este artículo fue escrito hace 12 años, y por considerarlo de interés lo compartimos tal cual fue redactado originalmente)























martes, 27 de octubre de 2020

Un homenaje inconsciente


 

Por Carlos Camarena Medina

Periodista


Corría la mitad de década de los años 80 y como lector del diario La Prensa buscaba con especial interés la sección Revista, en cuyas páginas encontraba material refrescante, otro tipo de noticias, no tan "importante" como la de primera plana u otras secciones, pero que satisfacía mi interés informativo.


No recuerdo con certeza cuándo fue la primera vez que me encontré con un trabajo periodístico de Herasto Reyes, pero no olvido uno memorable que realizó en dos entregas sobre Pablo Neruda, allá por 1986.


En ese entonces estudiaba contabilidad, y creo que sin saberlo ya estaba recibiendo mis primeras clases de periodismo. Dos años después, cambiaría de carrera y tras la invasión estadounidense, con la apertura de La Prensa, me animé a llevar algunas colaboraciones al periódico sobre la celebración del Mundial de Fútbol que se celebraría en Italia.


Fue en enero de 1990, junto a un grupo de compañeros estudiantes de periodismo (Daniel, Adis, Zoraya, Juan Luis y Jorge Luis), que lo conocí en persona. Nos habíamos reunidos para hacer una especie de círculo de lectura y analizar y comentar obras literarias.


Días después, con bastante timidez, le entregué un breve escrito donde comentaba una película que se pasaba con bombos y platillos en los cines locales. Lo publicó y luego me dijo que le había gustado, sobre todo el comentario que hice a favor de la película La última tentación de Cristo. Me sentí muy halagado porque el comentario lo hacía una persona a la cual tenía como referente en la carrera periodística.


En otra ocasión, durante una visita que hice a La Prensa, Herasto me comentó que el director de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), Juan Carlos Navarro, le había pedido que le recomendara un periodista para escribir artículos sobre temas ambientales y que había pensado en mí.


Tras una reunión previa, en la cual Herasto me explicó cómo debía escribir, la extensión y el contenido del trabajo periodístico, el nombre que llevaría la página y hasta cuánto debía cobrar, nos reunimos con Juan Carlos para firmar un acuerdo, con el cual Herasto, como director de la sección Revista, me abría una ventana que marcó mi inicio y me proyectó como profesional del periodismo.


Como buen maestro, Herasto propuso que durante las primeras ocho semanas llevara el artículo y nos sentáramos a revisarlo. De a poco y con mucha paciencia,  me dio las herramientas básicas para seguir adelante a partir de la novena semana. Claro está, al final el siempre le daba una revisión al trabajo antes de que saliera en la página titulada "Vida y ecología”.





Semanas después, revisando archivos de ANCON, me encontré con artículos escritos por él y  el periodista Manolo Álvarez Cedeño, en un suplemento que años atrás había editado la institución. 


Quedé fascinado con un trabajo de Herasto sobre el Darién, el cual calificaría de memorable, tanto que años después en una actividad de la institución, el exdirector de ANCON, Oscar Vallarino, lo recordaba y le preguntaba cuándo iba a hacer otro así.


Los años pasaron y Herasto siempre estaba presto a hacer observaciones, corregir, editar y hasta darnos consejos sobre las colaboraciones que con regularidad entregaba al periódico. En una ocasión me sorprendió cuando le llevé, para que revisara, un trabajo que debía entregar al profesor Agustín Del Rosario (una entrevista al ex rector de la Universidad de Panamá, Ceferino Sánchez) y tras leerlo lo publicó a página entera en La Prensa.





O una colaboración sobre el Tapón del Darién, y un escrito sobre la mina de Remance, cargado de bastante emotividad y que con su paciencia y sapiencia, editó y publicó, sin que se dejara de hacer la denuncia sobre este proyecto.


Pasado los años, todo lo aprendido en Vida y ecología de la mano de Herasto ha fundamentado la ejecutoria que he tenido como profesional.


La noche antes de conocer la noticia  sobre la partida de Herasto (27 de octubre de 2005), le comentaba a una compañera cómo había iniciado mi carrera profesional de periodista y cuánto le debía a Herasto profesional. Acaso, inconscientemente le hacía un último homenaje antes de su adios..

domingo, 27 de septiembre de 2020

Museo Reina Torres de Araúz formará parte del Distrito Creativo de Panamá


Por Carlos Camarena Medina

Periodista


La restauración del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz lo proyectará como un espacio de promoción en el que será el Distrito Creativo de Panamá, una red que desarrollará una economía cultural sostenible que también involucrará el Casco Antiguo, Santa Ana, El Chorrillo y parte de Calidonia.


Así lo afirmó la directora Nacional de Patrimonio del Ministerio de Cultura (MiCultura), Katti Osorio, quien añadió que la aspiración es que, una vez restaurado, el museo sea un espacio de diálogo y encuentro con la comunidad.


En febrero pasado, MiCultura adjudicó la licitación para la restauración integral del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz y la construcción de un nuevo edificio para el resguardo y la urbanización del entorno, a un costo de B/. 14,710,283.78, proyecto cuya orden de proceder será entregada en los próximos días, por el presidente Laurentino Cortizo Cohen.


La licitación la ganó el consorcio CEN Museo Marta, conformado por las empresas EASA Sucursal Panamá, Natur Sistem Sucursal Panamá y Copisa.


En este edificio funcionó la estación del Ferrocarril Transístmico hasta 1960 y desde diciembre de 1976 fue adecuado para albergar la sede del Museo del Hombre Panameño; en los años 80 adquirió su actual nombre y, en mayo de 1996, fue declarado Monumento Histórico.


Osorio explicó que los trabajos incluyen la rehabilitación del monumento histórico, la museografía y el entorno circunscrito al área de la finca; mientras que en la parte posterior se construirá un nuevo edificio, el cual funcionará como sala de resguardo, ya que todas las piezas del museo no pueden estar en exhibición al mismo tiempo.



En el nuevo edificio estarán guardadas más de 15 mil piezas, en condiciones ambientales internas adecuadas, según sus características.   La valiosa colección está constituida por piezas de orfebrería, cerámica, lírica y etnográfica, y otras provenientes de la era precolombina, como las de la cultura de Barriles, de la provincia de Chiriquí.





El museo tendrá una sala permanente dedicada a la doctora Reina Torres de Araúz, la cual se prepara con el aporte de los familiares de la destacada antropóloga y etnógrafa panameña, informó Osorio.


Reina Torres de Araúz fue elegida por National Geographic Magazine como una de las 20 mujeres que a nivel mundial abrieron camino a la exploración, en sus respectivos campos.


“Este va a ser un museo antropológico moderno. Estamos aspirando a una museografía que pueda tener comunicaciones -según las normas del Consejo Internacional de Museos-, que el museo dialogue con la población, que no sea una colección de objetos que están congelados en el tiempo, sino que permita un diálogo efectivo entre la población y estos bienes culturales”, destacó Osorio.


El Museo Reina Torres de Araúz se enmarcará en la historia de Panamá, desde la época precolombina hasta la actualidad, además de aspectos relacionados con grupos humanos que han habitado el país, explicó Osorio.


Que sea un espacio de diálogo y encuentro con la comunidad, un museo cuyas puertas dan hacia la Plaza 5 de Mayo, que también es otro monumento histórico.



“Hay una gran oportunidad para que el museo sea un punto neurálgico, también tenemos las aspiraciones del Distrito Creativo de Panamá, que lleva a cabo la futura Dirección de Industrias Creativas y Culturales, con la habilitación de diferentes puntos de cultura de artesanos y artistas creativos”, precisó.



Dijo que se trata de un museo que promete diálogo constante con la sociedad, con exhibiciones permanentes y temporales que permitirán cambios y presentaciones nacionales y extranjeras.


Añadió que se debe hacer una selección de piezas, y dijo que las personas siempre preguntan por la colección de oro, la cual “es muy añorada y muy recordada, y esta es una de las aspiraciones que tenemos, devolverle al público esas colecciones”, remarcó.




Los trabajos de restauración están prontos a iniciar y deben culminarse en el 2022. El museo será manejado por un patronato, con una junta directiva balanceada entre entidades públicas y privadas, y una tercera parte compuesta por gremios y asociaciones científicas, explicó Osorio.



El objetivo es que el Museo Reina Torres de Araúz sea sustentable, para mantenerse a flote y cubrir sus gastos.


Osorio dijo que el Distrito Creativo de Panamá será una red de espacios culturales que permita el desarrollo de una economía cultural sostenible. Abarcará el área del Casco Antiguo, Santa Ana, El Chorrillo y parte de Calidonia.  Será una red de lugares entre los que estará el Museo Antropológico Reina Torres de Araúz como un espacio cultural de promoción. 



La idea es reactivar toda la zona con la cultura como una plataforma económica, tal como se está planificando en Portobelo y San Lorenzo, donde se cambiarán paradigmas para lograr el bienestar social de las poblaciones, con la restauración de los monumentos para desarrollar el ecosistema cultural a su alrededor.


Osorio explicó que se trata de impulsar una economía cultural creativa, que permita un desarrollo sostenible efectivo en el que, más que vender bisutería artesanal, que no es una expresión propia del sector, se ofrezca un producto relacionado con su gastronomía, música y su baile. 



“Entonces, el Distrito Creativo aspira a fomentar en los artistas locales una gestión adecuada de su arte, para que puedan obtener un beneficio económico”, puntualizó la directora Nacional de Patrimonio.








martes, 9 de junio de 2020

Un motivador, una abogada, dos destacados ambientalistas


Lider Sucre es director para América Latina de Wildlife Works Carbon y consejero regional de la UICN


Por Carlos Camarena Medina
Periodista

El primer  sábado de junio de 2020 me levanté un poco temprano para, después de algunos quehaceres, escuchar el Diálogo “Las huellas del movimiento ambiental en Panamá sus retos y perspectivas”, transmitido en Zoom Web, organizado por el Centro de Incidencia Ambiental (CIAM), y que contó con la participación de Lider Sucre, “motivador excepcional” de la conservación de la naturaleza; y Mayté González, abogada especialista en ambiente y desarrollo.

Sucre -quien fue director ejecutivo de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), es director regional  para América Latina de Wildlife Works Carbon (WWC); está vinculado a la Reserva del Valle del Mamoní y Geoversity; y es consejero regional de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)- destacó el rol que han jugado los grupos de base en la protección de importantes reservas naturales del país.

Mencionó la lucha contra la construcción de la carretera Boquete-Cerro Punta, la cual hubiera afectado al Parque Nacional Volcán Barú, y causaría un fraccionamiento en la Reserva de la Biosfera de La Amistad. 

“El nivel de las organizaciones de Boquete y Cerro Punta para movilizar gente era tal, que esa lucha se ganó porque había una organización de base tremenda”, sostuvo Sucre, quien destacó el gran liderazgo del ambientalista chiricano Ezequiel Miranda.

Contrastó esto con la explotación minera en Petaquilla, proyecto que se pudo ejecutar, porque es un área de poca población y comunidades dispersas, y no había una fuerza ambientalista de base que ayudara en esa pelea que “lamentablemente se perdió”

“Tenemos la mina hoy. Lo mejor para Panamá hubiera sido nunca tener la mina.   Si hubiera habido organizaciones de base de la zona, no se hubiera ejecutado ese proyecto, esa fue una batalla que, reconozco con mucho dolor, perdimos”, precisó.

Reiteró que las organizaciones de base son cruciales -cada vez hay más en el país- pues han permitido que áreas en la provincia como Bocas del Toro, Veraguas y Darién no hayan sido destruidas en su totalidad.

Sobre el papel que desempeñan los jóvenes, Sucre destacó la energía con la cual se han querido involucrar a través del trabajo voluntario, aunque señaló que a las organizaciones les cuesta involucrarlos, debido al tiempo que requiere invertirse para entrenar a un voluntario y a la dotación de los herramientas y equipos para realizar su trabajo.

“Hay muchas oportunidades de voluntarios y mucha gente haciendo el trabajo. Ahora mismo, con el coronavirus y las finanzas difíciles, casi todas las organizaciones ambientales se están apoyando en voluntariados”, sostuvo Sucre, quien puso como ejemplo la labor de los voluntarios en el centro de la Fundación Avifauna ubicado en Gamboa, y de los voluntarios virtuales en el valle del Mamoní.

“Sentimos mucha participación virtual, a nosotros nos encanta la participación de los jóvenes, para ellos es sumamente fácil trabajar el tema de las redes”, consideró Sucre, quien expresó su interés en que visiten los ecosistemas, porque “nada, nada reemplaza que la gente visite el mar, el bosque, los ecosistemas y sientan la naturaleza, eso no lo reemplaza una pantalla”.

Como balance, Sucre pondera la gran esperanza de ver a la gente joven preocupada por el cambio climático, los bosques urbanos, de evitar la contaminación. Esas son preocupaciones y causas que movilizan a la gran mayoría de gente joven.

Al final, Sucre rememora dos grandes gestas ambientales: el rechazo de la carretera Boquete-Cerro Punta y la protección del Parque Nacional Coiba, hoy Sitio de Patrimonio de la Humanidad.  

Mayté González, es directora ejecutiva de la Fundación Wetlands Internacional y Consejera del Fondo Verde del Clima

Otra visión

Mayté González  presenta otra perspectiva. Para la abogada y especialista en ambiente y desarrollo sostenible “aunque en Panamá no estamos formados en una cultura de voluntariado, afortunadamente el número de voluntarios va en aumento”. Considera que si bien usualmente los voluntarios ambientales son jóvenes, también hay una gran oportunidad en el voluntariado de las personas adultas y mayores con experiencia, que quieren contribuir al desarrollo sostenible. 

González ha tenido una destacada labor en la sociedad civil: estableció en Panamá la Fundación Marviva, además fue directora ejecutiva de la oficina de The Nature Conservancy en Panamá; y actualmente es directora ejecutiva de la Fundación Wetlands International y consejera del Fondo Verde del Clima-GCF. 

“El voluntariado implica que cada uno sea un voluntario.  En la medida que lo que yo haga en mi metro cuadrado incentiva a otra persona positivamente, eso también es voluntariado”, explicó. 

Manifestó que  todos los roles son importantes, desde el que hace política, hasta el que participa desde la sociedad civil  o desde las empresas.  “Todos los esfuerzos son importantes y valiosos para avanzar hacia un desarrollo sostenible”, precisó, y en este punto habló de la importancia de que las organizaciones ambientales trabajen colaborativamente y que haya una integración para que puedan acceder a más fuentes de financiamiento. 

“Hay muchas cosas que hacer, y me parece arrogante y abusivo esperar que la gente pase de la conciencia ambiental a la acción sin que nadie lo oriente, y esa orientación es un rol clave de las organizaciones ambientales. Hay que formar cuadros de liderazgo ambiental”, sostuvo. 

González destacó el impulso que se dio en materia de legislación ambiental durante la década de los años 90, y consideró que se ha bajado la guardia y se ha dejado toda la iniciativa a los diputados.

 “Hay que retomar con fuerza el trabajo de actualizar el marco legal ambiental”, consideró González, quien agregó que  por esta debilidad “es que  nos estamos quedando sin atender los problemas de las grandes transformaciones que requiere el modelo de desarrollo del país”. 

Mencionó, por ejemplo, que cómo es posible que  al día de hoy todavía se siga hablando de la “conquista del Atlántico”,  cuando en todo caso habría que hablar de una restauración del Atlántico, y no repetir los mismos errores del modelo de desarrollo que se ejecutó en el Pacífico. 

Enfatizó que más allá de solamente buscar soluciones administrativas a los problemas ambientales, es necesario avanzar hacia una nueva economía verde, inclusiva, baja en emisiones y resiliente al cambio climático. 

“Aquí hay una debilidad: si como ambientalistas no incidimos en la planificación de las transformaciones estructurales que requiere el país, otros realizarán esa planificación y seguiremos con el desarrollo insostenible que ha generado las desigualdades que hoy vivimos”, puntualizó Mayté González.