viernes, 22 de abril de 2016

¿Cuánto queremos a nuestra Tierra?



Carlos Camarena Medina
Periodista

En 1990 hacía pininos como periodista, y uno de mis primeros trabajos fue escribir artículos para ANCON. Uno de los temas en el cual me involucré fue la celebración del Día de la Tierra, con motivo de los 20 años de haberse establecido esa fecha.

Desde entonces marcó y se ha convertido en un día de referencia para los ambientalistas y campanada para reflexionar sobre nuestro entorno y lo que deberíamos hacer para conservar y revertir el daño al planeta.

Hace algunos años cayó en mis manos una revista “rosa” local, que contenía un artículo titulado “El ecologismo radical”. En el mismo, se refierían de manera ligera al ambientalismo como “eco-marxismo”, y se criticaba a los que se oponen a la construcción de un teleférico en el cerro Ancón, echando mano de argumentos huecos como el escrito mismo.

El problema es más serio que hace 26 años, pues no basta con decir que reforestando una hectárea de bosque vamos a recuperar lo que se devastó.

Los científicos han corroborado que tras una extensa deforestación, durante el período precolombino en el Tikal, los bosques que aún se regeneran desde hace cerca de 800 años, revelan más baja biodiversidad que la cubierta boscosa que nunca se tocó. Se trata de una evidencia científica que demuestra que el valor de un bosque recuperado no alcanza a ser igual al de uno primario.

Eso es más preocupante si miramos cómo se ha deforestado el país. En los últimos 50 años se han talado más de 2.2 millones de hectáreas (29.6 del territorio nacional), según revela la ANAM (hoy Ministerio de Ambiente). Y más preocupa por la biodiversidad que caracteriza al país, con unas 1,300 a 1,900 plantas endémicas; además de 9 mil de las 234,500 especies de plantas superiores angiosperma que hay en el mundo; 180 de las 500 de plantas superiores gimnosperma; 1,100 de las 15,000 de helechos y aliados; 826 de las 24 mil briofitas; 451 de 16,500 líquenes; y 1,289 de las 170 especies de algas que hay en la Tierra.

Panamá también tiene 146 de las 11,250 especies de peces de agua dulce del mundo; 1,200 especies de las 12,750 de peces marinos; 170 de las cuatro mil de anfibios; 228 de las 6,500 de reptiles; 930 de las 9,672 de aves; y 232 de las 4,327 de mamíferos.

Otro punto que llama mi atención es lo que se ha denominado mercadeo verde, utilizado por empresas dentro de sus programas de Responsabilidad Social Empresarial. Por un lado devastan grandes zonas boscosas y por el otro nos quieren meter el caramelo de que están reforestando en otras áreas.

O los locales comerciales en donde a la vista se ofrecen productos que no son biodegradables. Pongo ejemplos: en los restaurante Niko’s Café, antes tenían fuentes donde uno se servía el agua en vasos de vidrio, pero ahora se les ocurrió eliminar las fuentes de agua (quizá para reducir el gasto de agua limitando este servicio a los clientes), pero con la nefasta acción de que ahora en la fila uno puede servirse este líquido pero en vasos plástico.

En el Riko Pollo de Obarrio, antes uno podía servirse agua en vasos de cartón, pero ahora lo son de plástico. Sin dejar de mencionar que las comidas "para llevar" se sirven en envases de foam.

Algunas de las grandes cadenas de supermercados nos ofrecen como la gran cosa  bolsas reutilizable y que el cliente debe comprar; lo cual promueven intensamente; pero lo cierto es que la solución es eliminar de una vez por todas el uso de bolsas plástica.


No se trata de radicalismo, ni “eco-marxismo”; sino de una realidad que a diario nos golpea y palpamos con calores, contaminación, inundaciones y disminución y pérdidas de nuestra rica flora y fauna.