Por Carlos Camarena Medina
Periodista
Rebuscando en mis archivos, me encontré con este carné de mi época de corresponsal de la Agencia Centroamericana de Noticias, S. A. (ACAN-EFE) o Agencia EFE (España).
Corría el mes de agosto de 1993, cuando el colega Luis Vásquez, en ese entonces corresponsal de la agencia mexicana Notimex, me informó de la vacante en ACAN-EFE, donde por suerte conocía al editor Luis Blanco, a la administradora, Ramona Fernández (quien había sido compañera universitaria), y al colega Fabio Agrana.
Gracias a las buenas referencias y a mi paso por otras agencias como Prensa Latina (Cuba), Inter Press Service (IPS) y Tropical Newsbureau Services, no tuve problema en ser fichado, e iniciar lo que he considerado mi graduación como periodista, el 1 de septiembre de 1993.
Me tocó hacer noticias sobre el fallo del juicio que se le siguió a los implicados en la muerte de Hugo Spadafora, una noticia que causó revuelo porque la decisión del jurado no fue la que esperaba la parte acusadora. En esa ocasión, la primera dama, Ana Mae Díaz de Endara, encabezó una protesta en la ciudad de David, donde se realizó el juicio, para luego tomar un avión hacia la ciudad de Panamá, y organizar otra protesta en Calle 50.
O la entrevista que le hice a José Luis Perales, el 3 de septiembre (apenas en mi tercer día de trabajo), en el camerino del Centro de Convenciones Atlapa, y que tuvo muy buen rebote a nivel nacional e internacional.
Como anécdota, en enero de 1994, buscando archivos de notas redactadas como corresponsal, encontré esta noticia y, en vez de imprimirla, accidentalmente la reboté a toda Centroamérica, tras lo cual enviamos un aviso para que no la usaran ya que se trataba de material ya divulgado. Sin embargo un suplemento que editaba los sábados el diario La Prensa lo publicó a página entera. Esos son los errores que valen la pena.
En la tercera semana, me tocó cubrir la conferencia de prensa en la cual la Comisión Tripartita (Panamá, Japón y Estados Unidos) que analizaba las alternativas al Canal de Panamá, dio a conocer sus recomendaciones: la construcción de un tercer juego de esclusas, proyecto que culminó hace más de tres años.
O la nota que hice sobre las bombas estadounidenses sin explotar en el Refugio de Vida Silvestre Isla Iguana, ubicado en la provincia de Los Santos, y que publicó el diario La Vanguardia de Barcelona, en diciembre de 1993.
La entrevista a los artistas que todos los años en diciembre visitan Panamá para participar en la Teletón, la cobertura del proceso electoral, como la presentación de los candidatos presidenciales Ernesto Pérez Balladares y Rubén Blades, en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá.
O la vez que me hice pasar por cliente para hacer una nota sobre las casas de masajes, que no son más que un método de prostitución maquillada, que ofrecen masajes o “cualquier otra cosa adicional” que pida el cliente.
Los cierres de campaña de Pérez Balladares y de la candidata oficialista, Mireya Moscoso, en la Plaza 5 de Mayo, la incursión de Blades como candidato presidencial; la caravana que Blades y Pérez Balladares realizaron -el domingo en que una encuesta ponía a Blades muy cerca de Pérez Balladares- y que colapsó totalmente la ciudad de Panamá.
Fue en este período que el director de la agencia, Emilio Crespo, acuñó un término para definir cómo, luego de la invasión estadounidense, el PRD había salido de las “catacumbas” para retornar al poder.
O el día de las elecciones, que empezó temprano y cuando, luego de votar, alcancé a grabar en mi walkman unas declaraciones de Pérez Balladares mientras me dirigía en taxi a la agencia, y que terminó en la madrugada del día siguiente en el Centro de Convenciones Atlapa, a donde se apersonó Pérez Balladares, en medio de rumores sobre el conteo, y Rubén Blades conversó largamente con el colega Luis Fernando Cedeño, de La Exitosa, emisora para cual el sociólogo Marco Gandásegui analizaba los resultados.
Muchas cosas por enumerar. Recuerdo que durante el proceso de transición del gobierno del presidente Guillermo Endara al presidente electo, Ernesto Pérez Balladares, un día fui al centro de campaña del PRD ubicado en Obarrio a dejar mi hoja de vida. Dos meses después me llamaron para sumarme al equipo de prensa que empezaría a laborar con el nuevo gobierno a partir del 1 de septiembre de 1994.
Me dijeron que me pondrían a prueba, para evaluarme. Al segundo día me dijeron, nos vamos para la Presidencia. Después de un año en ACAN-EFE, con colegas como Luis Blanco, Fabio Agrana, Franco Rojas (ya fallecido), Roberto Saavedra, y los jefes mayores, los españoles Carlos Mendoza y Emilio Crespo, me había graduado como periodista profesional e iniciaba otra etapa, ahora en la Secretaría de Prensa del Estado.