lunes, 26 de febrero de 2018

En mi patio hay cangrejos




Por Carlos Camarena Medina
Periodista

Mientras recorríamos el área de Villalobos, cercana al cauce del río Juan Diaz,  Ricardo Mejía,  un biólogo residente de Ciudad Radial, recuerda, años atrás, cuando en el área cercana a su residencia habían bosques, humedales y manglares, algo que es parte del pasado, y tan evidente que a su casa llegan animales silvestre, pues sus hábitats siguen desapareciendo.

“En mi patio hay cangrejos”, destaca Mejía, quien preside a la Asociación Pro Defensa de la Cuenca del Río Juan Diaz.

                       Ricardo Mejía, presidente de Asociación Pro Defensa de la cuenca Del Río Juan Diaz
                                         
Por medio del colega periodista, Fernando Rodríguez me enteré de un recorrido que haría Mejía junto a un grupo de residentes de Juan Diaz, San Antonio, Don Bosco, La Radial, La Primavera y Villalobos,  por un área cercana a las riberas del río Juan Diaz, especialmente para ver el impacto que ocasiona el proyecto Green Valley Panamá, “La Eco-Ciudad”. 

Vista aérea de Green Valley Panamá, "La Eco-Ciudad"

Fernando me contactó con Mejía, quien manifestó que residentes de las áreas cercanas a la cuenca media y la cuenca alta del río Juan Diaz están preocupados por el impacto de proyectos urbanísticos, tanto en la contaminación de su cauce, como en las inundaciones.

Camino rural que lleva al río Juan Diaz
El biólogo Mejía organizó esta gira para unir esfuerzos con líderes comunitarios de la cuenca media de este caudaloso río, en el sector de Villalobos, corregimiento de Pedregal.

Las inundaciones registradas en la cuenca baja del río Juan Diaz, producto del desarrollo urbano, que ha  afectado bosques, humedales, manglares, y encajonado su cauce, ha encendido las alarmas y despertado la conciencia ciudadana, que pide mayor fiscalización a las autoridades.

Maquinarias laborando en Green Valley "La Eco-Ciudad"
Y no solo se trata de los proyectos ejecutados a orillas del Corredor Sur y el área de manglares, sino otros ubicados en la cuenca media del río, desde San Antonio (corregimiento de Rufina Alfaro) y Villalobos, en una ecuación muy sencilla: cuando llueve una urbanización no tiene la  misma capacidad que un área boscosa para absorber el agua, la cual llega en mayor cantidad al cauce.

Irónico que proyecto cuyo lema es "Eco-Ciudad" afecte una extensa zona boscosa


Luego de reunirnos en la mañana del domingo en el Parque Heliodoro Patiño de Juan Díaz, partimos  en autos particulares hacia el área de Villalobos, donde nos esperaba un grupo de personas que comparten la misma preocupación. 



Alberto Martínez, presidente del Grupo Flora y Fauna de Villalobos

En Villalobos nos recibió una comitiva, entre la cual se destacó el presidente del Grupo Flor y Fauna de Villalobos, Alberto Martínez,  quien expresó su preocupación por el desarrollo de proyectos habitacionales en áreas cercanas a las riberas del río Juan Diaz.   

Manifestó que este grupo nació producto de la preocupación por los proyectos que ejecutan empresas promotoras en el áreas de Villalobos, con quienes han  establecido contacto para colaborar en la protección del medio ambiente.   


No obstante, enfatizó su preocupación  ya que las urbanizaciones construidas por las promotoras se acercan mucho al río "y eso nos preocupa, no queremos que nada  toque y contamine el río".

Residentes de cuencas media y baja del río Juan Diaz temen que desarrollo urbano contamine aguas y ocasione inundaciones.

El recorrido fue breve, puesto que el itinerario incluía un camino no acto para autos sedanes, por lo cual el grupo hizo un alto en un punto donde se visualiza el proyecto Green Valley, en el cual nos presentamos y se hizo una exposición de las amenazas que se ciernen sobre esas áreas boscosas, y las acciones que se tomarán para evitar que se siga deteriorando al cuenca del río Juan Diaz.


                                                 Vista del proyecto Green Valley, La "Eco-Ciudad"

Muy cerca, en el proyecto Green Valley, una retro excavadora extraía tierra de un punto, la cual era llevada por camiones volquetes a otro punto donde se hace un relleno.  

Lo que antes era bosque, ahora esta vedado al paso.
Los bosques de galerías señalan el curso del río Juan Diaz
Ya se ve la fundación del proyecto, con grandes grúas instaladas, a lo lejos, una delgada franja de bosque de galería delata el curso del río Juan Diaz, y su afluente la quebrada Cacao, la cual atraviesa el proyecto.

Lo que antes era un área boscosa, es transformada por las maquinarias que remueven tierra y hacen rellenos.

El paso de autos de doble tracción en una mañana soleada revela que es el itinerario  de las personas hacia algún balneario ubicado en la cuenca media del río.

Pronto la “Eco-Ciudad” de Green Valley hará olvidar la extensa franja boscosa impactada, y los residentes temen que sea la punta de lanza de futuros proyectos urbanísticos, con su secuela de impacto ambiental en esta franja boscosa, ubicada a unos cuantos kilómetros de los límites del Parque Nacional Chagres, la principal reserva boscosa de la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Fuerte Amador: extenso solar aún abandonado




Por Carlos Camarena Medina
Periodista

No tengo certeza de la fecha en que las instalaciones del Fuerte Amador revirtieron a Panamá (¿1979 o 1980?),  pero sí recuerdo -cuando nos bajábamos en El Chorrillo, para ir caminando hasta la Calzada de Amador- la innumerable cantidad de edificaciones, algunas que albergaron oficinas e instalaciones militares o residencias, y hasta dos comisariato, una estación de gasolina y un teatro. 

Más de 30 años después, Amador es un extenso solar abandonado, gran parte del césped ha sido reemplazado con amplios estacionamientos,  y casi todas las viviendas han desaparecidos (aunque todavía existen varias en muy buen estado, pero deshabitadas). 

T.G.I Friday`s y un hotel con vista a salida del Canal de Panamá
Algunos restaurantes, aún existe el Club de Yates de Balboa (Balboa Yatch Club), el Museo de la Biodiversidad, un centro de espectáculo y, rodeado de una gran cerca, lo que será el Centro de Convenciones Amador.  A simple vista, toda el área de lo que fue el Fuerte Amador, se proyecta como área comercial y turística. 

Club de Yates de Balboa
Pero a pesar de todo vale la pena recorrer este espacio ubicado a unos cuantos minutos de la ciudad capital: inicié donde están las oficinas del Ministerio de Seguridad Pública (otrora Autoridad de la Región Interoceánica), hacia el área costera, donde está ubicado el T.G.I. Friday`s y un hotel, para luego doblar por las instalaciones del Club de Yates de Balboa, y el pequeño muelle desde donde salen los botes hacia isla Taboga. 

Puente de Las Américas
Ave marina a orillas de antiguo Fuerte Amador
De ahí, sigue una extensa vía que bordea la orilla, directa a la Calzada de Amador, en un paisaje dominado por la salida sur del Canal de Panamá y un área desolada, con monte, algunos árboles y edificios en estado de abandono. Y la omnipresente vista del Puente de Las Américas. 

Maosoleo de Omar Torrijos Herrera
Visitar la antigua instalaciones del Fuerte Amador, tiene como atractivo el Mausoleo de Omar Torrijos Herrera,  un homenaje a quien firmó los Tratados Torrijos-Carter, que permitieron la reversión de ésta y otras áreas, antes en poder de militares estadounidenses, incluyendo el Canal de Panamá.

Antiguo teatro
Mientras caminaba, hacía memoria de los senderos que había recorrido, tratando de ver sí aún existía el comisariato y la estación de gasolina donde siempre parábamos a tomar agua, y me encontré con el teatro, en lo que antes era el tramo final, poco antes de llegar la calzada de Amador. 

Advertencia a fotógrafos y grafiteros
En la pared del teatro, un letrero advierte a fotógrafos y grafiteros que no entren porque están siendo grabados, pero no ví ninguna cámara, sin embargo cuando avancé por la vía, que a lo lejos se veía obstruida por chatarras, una voz me alertó que no podía pasar. Un funcionario del Ministerio de Economía y Finanzas (asumo que de la Unidad de Bienes Revertido), muy pendiente del paso de visitantes.  

Viviendas en buen estado pero deshabitada
Luego de sortear el área vedada a los visitantes, me encontré con un gran solar en el que se destacan  tres viviendas -abandonadas y en buen estado- rodeada de árboles, una remembranza de las privilegiadas viviendas que habitaron los militares acantonados en tierras panameñas.

Museo de la Biodiversidad
Un punto imperdible en Amador es el Museo del Biodiversidad, con su espectacular diseño arquitectónico, en una imagen que tiene como marco, la entrada del Canal de Panamá y la ciudad de Panamá. 

Calzada de Amador, al fondo la isla Naos
Caminar la calzada de Amador, ahora a cuatro carriles, con varias estaciones para tomar fotos, pescar, descansar, tomar agua o usar los baños. 

Aves, costa, edificios....
Área para pescar con vista a la ciudad de Panamá
Es un extenso recorrido que se disfruta con las espectaculares vistas de la ciudad de Panamá, el cerro Ancón, el vuelo de las aves, o la vista que ofrecen los buques que diariamente transitan el Canal.

Locales comerciales en isla Perico
O llegar y recorrer las isla Naos, Punta Culebra, Perico y Flamenco.  


Ciudad de Panamá
Vale la pena un recorrido por estas cuatro islas, pero habría que ver hasta dónde llegan las restricciones. 


(PD: me quedó pendiente recorrer la vía principal, iniciando en el Ministerio de Seguridad Pública, donde unos  metros adelante aún se avista el antiguo comisariato, la extensa avenida que bordea el Figali Convention Center -que no sé sí aún se llama así. Y los restaurante ubicados unos metros antes del Museo de la Biodiversidad)

martes, 13 de febrero de 2018

Caminata por el cerro Ancón: historia, lucha nacionalista, naturaleza




Por Carlos Camarena Medina
Periodista

Recorrer el cerro Ancón, desde la avenida de Los Mártires hasta la cima es cerciorarse que durante la presencia estadounidense en Panamá fue un sitio estratégico y militarizado….uno entiende, por qué durante décadas representó el simbolismo de la lucha por la recuperación de nuestra soberanía, quizá desde que la poetisa Amelia Denis de Icaza escribió en 1906 la poesía Al cerro Ancón.

Monumento en honor a Los Mártires del 9 de enero de 1964
Sobre la avenida de Los Mártires, en el cruce donde años atrás funcionó el Ancon Inn y el Gran Morrison, hay una rotonda donde destaca un monumento que recuerda la gesta patriótica del 9 de enero de 1964, un entorno que derrocha historia, con el Instituto Nacional al fondo, y una pared con grafitis e imágenes que recuerdan a los panameños que cayeron bajo el fuego de las tropas de Estados Unidos. 

La primera impresión que uno recibe al subir el cerro, es la imponente estructura del Hospital Gorgas (en donde hoy día operan el Instituto Oncológico Nacional, el Ministerio de Salud y la Corte Suprema de Justicia).  

Hospital Gorgas
Este hospital fue inaugurado en 1882 en el sitio donde operó el hospital francés  "L'Hopital Notre Dame du Canal”, en 1904 fue bautizado “Ancon Hospital” y posteriormente Gorgas Hospital en honor al doctor  William C. Gorgas, quien erradicó la fiebre amarilla durante los trabajos de construcción del Canal de Panamá.

El bosque en el cerro Ancón en buen estado
A medida que uno sube, siente la agradable sensación de caminar entre estructuras que se erigieron respetando el entorno natural, pues alrededor hay bosque secundario muy bien conservado, tanto que hay tramos en donde forma una especie de túnel alrededor de la vía.

Después de la primera pendiente carretera, se encuentra la residencia del administrador del Canal de Panamá, otrora residencia del Gobernador de la antigua Zona del Canal.  

Ubicada inicialmente en el poblado de Culebra, en los albores de la inauguración del Canal, fue trasladada a su sitio actual, donde durante 65 años fue habitada por 17 gobernadores, todos  con  con rango militar, que además de cumplir funciones de administradores del Canal, constituyeron también la más alta autoridad sobre los estadounidenses que trabajaban en el Canal y en las bases militares asentadas en Panamá.

Residencia del Administrador del Canal
Con la entrada en vigencia de los Tratados Torrijos-Carter, en 1979, se crea la Comisión del Canal de Panamá, y Dennis P. McAuliffe es nombrado como el primer administrador estadounidense, para lo cual debió jubilarse del Ejército de Estados Unidos. En 1990, por primera vez ocupa el puesto de administrador del Canal un panameño, Gilberto Guardia Fábrega, quien se convierte así en el primer panameño residente de la casa del administrador.

Hacia el cerro Ancón
Unos metros más adelante,  el visitante es recibido por letreros que señalan la vía que va la cima del cerro, aunque luego uno se encuentra con la garita de entrada de lo que fue la sede el Comando Sur,  sitio desde donde se planificaron innumerables acciones militares del ejército estadounidense en Panamá y en países vecinos.  

Entrada de antigua instalaciones del Comando Sur
En esta garita la agente de la Policía Nacional advierte que no se pueden tomar fotos de las residencias.  La razón, en el sitio opera el sistema de seguridad del gobierno de Panamá.  Pasada la garita, a la izquierda inicia la vía Amelia Denis de Icaza, la cual lleva directo a la cima del cerro Ancón.

En Quarry Heights se ven las cicatrices que dejó la extracción de material para construir el Canal
Desde la vía, se pueden ver las cicatrices que dejó la extracción de rocas, utilizadas en las obras de construcción del Canal, especialmente para las esclusas de Miraflores y Pedro Miguel.  De ahí el nombre de Quarry Heights (Altos de la Cantera), hoy Altos de Ancón. 

Entrada del búnker del cerro Ancón
La calle Amelia Denis de Icaza serpentea por el cerro Ancón ofreciendo variadas vistas, como la entrada de un búnker construido en 1942, con un túnel de 200 metros, y estratégica salida con vista a  entrada sur del Canal.

Espectacular vista de la ciudad de Panamá
A medida que uno asciende, el visitante disfruta del frondoso bosque que se alternan con vistas de la ciudad de Panamá, desde la Calzada de Amador, la Cinta Costera Tres, El Chorrillo, el Casco Antiguo, La Plaza de Francia, el área bancaria y Paitilla.  A lo lejos se escucha el constante flamear de la bandera panameña que ondea en la cima del cerro.

Primera toma de agua de Panamá
Poco antes de la cima, hay una especie  de pozo abandonada, donde incluso hay basura y botella de plástico, con una placa colocada el 22 de marzo de 2005, por el entonces alcalde de la ciudad de Panamá, Juan Carlos Navarro, la cual recuerda que ahí estuvo el Chorrito del Chorrillo, “la primera toma de agua de la ciudad de Panamá”.

El Chorrito del Chorrillo
¿Qué se hizo tu.chorrillo? ¿Su corriente 
al pisarla un extraño se secó? 
Su cristalina, bienhechora fuente 
en el abismo del no ser se hundió” 
(Al cerro Ancón, Amelia Denis
De Icaza)

Vista de las esclusas de Pedro Miguel y Miraflores
Antes de llegar al área donde flamea la bandera panameña, el cerro Ancón ofrece espectaculares vistas del Canal de Panamá, con las esclusas de Pedro Miguel, Miraflores y Cocolí, el área portuaria, el puente de Las Américas, el patio del ferrocarril, el edificio de la administración del Canal, Albrook los linderos boscosos del Parque Nacional Camino de Cruces y el aeropuerto Marcos A. Gelabert.

Añadir leyenda
Llegar a la parte más alta, donde está el asta de la bandera panameña, y el monumento a la poetisa Amelia Denis de Icaza, conlleva una especie de ritual, envuelto por el entorno: la bandera flameando a lo alto, poesía e historia, reseñada en décadas de luchas nacionalistas y de la gran satisfacción de saber que valió la pena.  

Dos monolitos con un verso del poeta Demetrio Korsi y remembranza de la firma de los Tratados Torrijos-Carter
Al lado de Amelia Denis de Icaza se destaca un monumento erigido por del Municipio de Panamá, el 1 de octubre de 2002, en honor  al “Gran poeta capitalino”, Demetrio Korsi

Oda Inflexible (Al Cerro Ancón)
¿Ah, Cuando volverá sobre tu cumbre,
Nuestra bandera a tremolar un día?.
¿Cuándo terminará la servidumbre
de tu inmolado pueblo, patria mia?.
(Demetrio Korsi)

Y la placa que rememora la firma de los. Tratados Torrijos-Carter, el 7 de septiembre de 1977, en presencia de los gobernantes de América,  en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA). 

Monumento a Amelia Denis de Icaza
Todo esto constituye una caminata a la cima del cerro Ancón, un repaso de la historia panameña, las luchas nacionalistas, y un hermoso entorno natural en plena ciudad de Panamá.

(PD: me llamó la atención que pese a mantener el estatus de Reserva Natural y Área Protegida, al menos en la cima del cerro no existe personal que ofrezca alguna orientación a los visitantes.  Existen sitios con valor histórico y simbólicos que merecen ser destacados.  Sigo pensando que en la cima hay espacios que bien pueden ser habilitados como cafeterías.  También, ofrecer algún servicio de transporte, con vehículos adecuados a las características de la vía, y personal que sirva de guía a los visitantes  nacionales y extranjeros.)

  

lunes, 12 de febrero de 2018

Déjà vu durante senderismo por el Parque Natural Metropolitano


Por Carlos Camarena Medina
Periodista

Cuando ingresé al Parque Natural Metropolitano  (PNM) por el sendero Los Caobos, sentí un déjà vu, que me llevó a mis años de infancia, cuando recorría los bosques que aún existían en Pueblo Nuevo, en un área colindante con Hato Pintado y La Loma y  que solíamos recorrer durante la época seca. 

Al ingresar al PNM, eres recibido por árboles que parecen catedrales,  que te envuelven con esa sensación de paz reverencial, de sentirse solo, sabiendo que en derredor vibra la vida.

Programé recorrerlo el domingo de carnaval, de ser posible con un guía, pero me informaron que esa petición se hace con una semana de antelación, por lo que opté por hacer el senderismo en solitario, con una cámara fotográfica, la Guía de Visitantes que adquirí en las oficinas administrativas, una botella de agua y un paquete de chocolate M&M.  

Habían pasado ocho años desde que lo recorrí parcialmente, por lo que en esta ocasión, me propuse caminarlo con más calma: me esperaban los senderos Los Caobos, El Roble, La Cienaguita y el Camino del Mono Tití, en un periplo que se extendió por más de dos horas.

Sendero Los Caobos
En el sendero Los Caobos, a pesar de la estación seca, el denso bosque de galería impresiona, y, tal como le resume la Guía de Visitantes del parque, uno se encuentra con majestuosos caobos, pero más que eso, tuve la fortuna de avistar un ñeque (Dasiprocta fuliginosa) entre ramas que no me permitieron tomar una buena foto.

Ciudad de Panamá desde el mirador del Sendero Los Caobos
A mitad de Los Cobos hay un mirador, en el cual se puede aparcar y tener una vista de la ciudad de Panamá,  adecuadas para sacar imagen que contrasten el bosque con los edificios que se ven a lo lejos.

 Un ñeque a orillas del Sendero Los Caobos
Bajando el sendero, hacia El Roble, otro ñeque posaba apaciblemente cerca de la orilla del camino. Por un rato no se movió, lo que me permitió cambiar de lente, y sacarle una buena foto, aunque no me dio tiempo para filmarlo. 

Bunker El Castillo, testigo de la presencia militar estadounidense en Panamá
En el tramo de El Roble hacia la caseta de entrada a la vía que lleva a la cima del parque (en donde está el mirador) hay restos de chatarras, de aparejos militares que datan de los tiempos que los estadounidenses tenían instalaciones en  esta zona boscoso, como lo testimonia el Búnker El Castillo.  

Un mono en lo alto de un árbol en el Camino del Mono Tití
Durante el recorrido por el camino del Mono Tití, me sorprendió un primate (no tengo la certeza de que sea un Tití), el cual descansaba apaciblemente sobre una rama, lo que me permitió sacarle varias fotos y un vídeo que por la distancia no salió muy bien.

El mirador del parque ofrece espectaculares vistas de la ciudad de Panamá
Luego la cima, en donde está el mirador principal, y desde el cual se pueden tomar espectaculares vistas de varios puntos de la ciudad de Panamá, las afuera y las áreas revestidas.

Gato solo, a orilla del sendero La Cienaguita
Pero la cereza del pastel fue una pequeña manada de gato solo (Nasua narica) que caminaban apaciblemente por el sendero  La Cienaguita e   -imagino que por su familiaridad con los humanos, nuestra presencia (la mía, la de unos turistas que venía detrás de mí y de una jóvenes que venían en dirección contraria), no los asusto- con lo cual todos hicimos un alto para sacarle fotos y vídeos, hasta que subieron a los árboles y se perdieron en la espesura del bosque.

 Un imponente cuipo (Cavallinesia platanifolia) adorna el dosel del bosque
Más abajo, árbol barrigón, un imponente cuipo, el sendero en buenas condiciones, más chatarras, hasta retornar a la sede administrativa.  

El parque recibe al año unos 40 mil visitantes, nacionales y extranjeros
Fueron más de dos horas de un recorrido, durante el cual me encontré con turistas, varias personas solitarias, familias, jóvenes haciendo ejercicio, todos coincidiendo con el interés de conocer, convivir, explorar e interactuar con un entorno cien por ciento natural, a unos cuantos minutos de la ciudad de Panamá.   


La filtración de la luz a través del dosel de bosque regala hermosa vistas de la naturaleza
* El Parque Natural Metropolitano, conocido como el pulmón de la ciudad de Panamá, mide 232 hectáreas. Se caracteriza por tener dos tipos de bosques, el húmedo tropical y el seco tropical.  En sus linderos existen unas 284 especies de flora, con árboles que alcanzan los 30 y 35 metros. También, habitan 380 especies de animales, además de ser un hábitat esencial para las aves migratorias provenientes de Norte América.